A México ha llegado la obra de un gran cineasta, director, guionista Masahiro Shinoda, nacido en Gifu, Japón en 1931. Masahiro Shinoda desde 1960 nos ha deleitado con más de 30 películas, se halla entre uno de los directores más importantes de la posguerra. Fue definido por otro veterano de la cinematografía japonesa, Kon Ichikawa, como un director cuyo trabajo tiene una frescura y un estilo brillante y seguramente en su país ya es un personaje en la historia cinematográfica.
Como era de esperarse, las influencias e inspiraciones de este artista son de personas con mucho talento como Orson Welles, el teatro kabuki y William Shakespeare. Masahiro Shinoda siendo en sus inicios un asistente de dirección de Yasujiro Ozu, junto a otros realizadores contemporáneos, entre ellos Nagisa Oshima y Kiju Yoshida, fue promovido a director en un intento por captar la atención de las nuevas generaciones de espectadores jóvenes. Shinoda junto con Oshima y Yoshida fueron catalogados como la Nuberu bagu, la “nueva ola” japonesa, en donde se partía de una radical crítica a la moral establecida en Japón, adentrándose en temas considerados inapropiados y adelantados a su época.
Entre sus múltiples trabajos, en su inicio el centra una temática frívola en el mundo de las apuestas, intriga, violencia, inmersos en este mafiosos y estudiantes confundidos con aspiraciones terroristas. La ambientación que se maneja es en escenarios modernistas dotados de sentimentalismo que bien podría atribuírsele a su escritor de cabecera, el poeta Shuji Terayama. Siendo un intelectual y un idealista, Shinoda analiza el destino de cada uno de sus personajes marginales y encantadores a la vez, con un ojo crítico fijado en el entorno político y social de su país.
SHUJI TERAYAMA
SHUJI
El teatro es parte de la temática de las películas de Shinoda, esto hace ver los filmes tradicionalistas; Las tomas de cámara, son planos generales y sin cortes, estilo teatral y muy interesante ver que no hay magia de edición. Un ejemplo en su cinta Doble suicidio, presenta todo un proceso y bien pensada escenografía en un muy notable homenaje al bunraku, el teatro de marionetas japonés.
Shinoda ha tenido un gran gusto por el cine independiente y sus múltiples facetas para no tener dependencia y pueda echar a volar sus ideas, dejando la comodidad de los grandes estudios como director y productor. A partir de su independencia, Shinoda se expresó al máximo y sus ideas fluyeron en los proyectos convenientes para lo que ahora son sus filmes, y adaptaciones de obras literarias modernas y tradicionales de Japón. En su carrera como director, Shinoda ha colaborado con numerosos talentosos, como la actriz (y su también esposa) Shima Iwashita, el compositor Torû Takemitsu y los directores de arte Jusho Toda y Kiyoshi Awazu al igual que el guionista y poeta Taeko Tomioka.
La Fundación Japón en colaboración con la Cineteca Nacional, a partir del martes 13 Septiembre hasta el domingo 25, nos presenta esta retrospectiva del director japonés presentando trece largometrajes; partiendo desde sus orígenes en los grandes estudios hasta llegar a su segunda etapa donde encontramos su cine de época, con títulos tales como El espía Samurái, Himiko, Silencio y La balada de Orín. De igual manera se incluyen las cintas La juventud de la posguerra y Takeshi: tiempo de niños, ambientadas al final de la Segunda Guerra Mundial; También presentando Asesinato, El lago seco, Lágrimas en la melena del león, Flor pálida, Doble suicidio, La juventud de la posguerra y Gonza el lancero
Las películas de Masahiro Shinoda nos muestran, que para él la importancia de la cultura y la tradición es necesaria en su país, así como sus creencias.
Ana Vanessa Arellano Montero
Sección Cine
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